MUSEO DIOCESANO DE ARTE SACRO, EN ORIHUELA.

Tuve la oportunidad de asistir dos veces a dicho museo; la segunda vez fui con alumnos de 3º ciclo de primaria, y nos explicaron todas las obras que habían. Voy a destacar las tres que más me gustaron y explicaré las sensaciones que me producen cuando las veo.

1- San Miguel Arcángel, cuyo autor es Paolo San Leocadio.

Este cuadro transmite el poder de superioridad que tiene la serenidad, la dulzura y la belleza que se representa en San Miguel, frente a la fealdad y maldad, que se representan por el dragón y el demonio que están pisados por el Arcángel. Se demuestra el poderío de lo bueno frente a lo malo, predomina el bien por encima del mal.

2- La tentación de Santo Tomás, cuyo autor es Velázquez.

El cuadro representa el momento en el que cae de rodillas Santo Tomás, mientras un ángel lo sostiene y otro se dispone para colocarle el lazo blanco como símbolo de la castidad, después de haber rechazado a una mujer tentadora que huye, como se puede observar al fondo de la imagen.

Dicho cuadro me transmite una sensación de debilidad, es decir, todos nos encontramos con momentos de tentación, la cual supone cometer un pecado. A la vez que me transmite la sensación de fortaleza, es decir, cada día nos encontramos con oportunidades de hacer algo que no está bien, pero tenemos que ser fuertes y pensar las cosas muy bien para no caer en la tentación y no cometer un pecado.

Me recuerda al momento de Adán y Eva con la manzana, la tentación de Eva por morder la manzana, cuya acción fue un pecado.

3- La diablesa, cuyo escultor fue el escultor Nicolás de Bussy.

Esta escultura sale todos los días de Semana Santa en las procesiones, en ella se encuentra representada por encima de un esqueleto, del mundo y de la figura del diablo, la cruz de Cristo.

Lo que transmite esta figura, es el triunfo de la Resurrección de Cristo frente a la tentación y la muerte del ser humano, la maldad del diablo y los placeres terrenales. La divinidad está por encima de todas las cosas y el poder de Dios es superior a cualquier maldad.

JOSE ANTONIO SANMARTÍN MARTÍNEZ